Día 8, llegada al campamento 1

«¡Hogar, dulce hogar!»

Por fin, llegamos al campamento 1. Aunque ha costado un poco más de lo previsto, lo importante es mirar atrás y ver que ya hay un buen trecho recorrido. Durante un mes estaremos aquí cogiendo fuerzas para continuar.
La mañana soleada era un reflejo de mi mejoría, acompañada de una larga y fructuosa charla con el médico que nos ha transmitido tranquilidad y seguridad para seguir adelante. Ayer fue una jornada muy complicada para mí, pero afortunadamente ya ha quedado atrás.

Hasta el próximo Martes no tendremos que volver por el hospital, así que estas mini-vacaciones caseras nos sabrán a gloria gracias a la mantita y el sofá. En este nuevo campamento se ha incorporado un equipo especial de sherpas-Arguiñanos, que ya está manos a la obra trabajando duro en mi recuperación. Eso sí, siempre siguiendo las pautas de mi nueva dieta baja en carga bacteriana.

Nada más llegar hemos recibido un regalo de cortesía de la familia Asenjo-Pardo, a la que queremos mucho, en especial a ese pequeñajo que consigue sacarnos siempre una sonrisa. Son tan detallistas que hasta la planta es de exterior, por si pudiera perjudicar mi salud. La regaremos con vino de Villatoya para que nos dure tantos años como vuestra amistad.

Queremos mandar un saludo especial a mi querida prima Elena, profesora de español en un instituto del sur de Italia, y a su clase de IV del Liceo Lingüístico, que nos han escrito un bonito mensaje de apoyo junto con esta foto. ¡Gracias chicos!

Estamos asombrados con tantas muestras de cariño desde distintos rincones del mundo. Nos alegramos de que nuestras palabras lleguen tan lejos como nuestras ganas de luchar y de vivir. ¡Cualquier día nos llegará una foto de un verdadero alpinista en el Everest!

Nos despedimos desde nuestro sofá, que también nos ha echado mucho de menos.