Notas de un sherpa: Día 81, el Yeti

El Yeti, o Abominable Hombre de las Nieves, pertenecía hasta hace poco a la criptozoología (búsqueda de animales hipotéticos), entre la mitología y el folklore. La leyenda lo sitúa en los bosques y las montañas del Himalaya de Nepal y Tíbet, donde existen más de media docena de nombres para la criatura, descrita como un enorme bípedo peludo de 2 a 3 metros de altura.

yeti

La leyenda llegó a los países occidentales a partir de los años veinte, de la mano de los alpinistas que regresaban del Himalaya repitiendo las historias que les habían contado los sherpas y otros habitantes de la zona. Aunque siempre se consideró como algo más cercano a la fantasía que a la realidad.

Pero hace poco más de un año, un equipo de científicos británicos concluyó a través de unos análisis de ADN que el temido Yeti podría existir de verdad y ser una subespecie híbrida entre oso polar y oso pardo del Himalaya.

En la entrada de ayer pudimos leer un poema de la escritora polaca Wisława Szymborska, por suerte traducido al español. En mi época de habitante polaco tuve el placer de asistir, junto con mi gran amigo Carlos, a clases para estudiar el idioma. Pero sólo aprendimos lo básico para sobrevivir, ya que pronunciar palabras con 5 o 6 consonantes era imposible para nuestras lenguas.

Volviendo al poema de Szymborska, nuestra alpinista se sintió identificada con él en cierto modo. En su interpretación me veo convertido en un Yeti, con quien habla de sus miedos y de aquellas cosas cotidianas que desde allí arriba, en esa «otra» realidad, no es tan fácil encontrar. Pero el Yeti es un ser que vive en las montañas y que aprecia la belleza de las mismas, por lo que no piensa bajarse de las alturas hasta que los dos estén preparados. El amor hace que cualquier realidad llegue a ser maravillosa.

Hace tiempo publicamos una fotografía en la que aparezco con el famoso «gorro barbudo». Mirándola bien, es posible que sí me dé un aire al Abominable Hombre de las Nieves.

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27 Comentarios

  1. Pues no os lo vais a creer queridos alpinistas, pero un primo lejano mío (éste es de Villamalea) festeó con la recepcionista del laboratorio británico que llevó a cabo los análisis de ADN y según me contó, lo que verdaderamente trajo de cabeza al gran científico Robertson Davies (el más enterao de ellos) era cómo narices se hacía las ingles el bicho.
    Porque a pesar de lo que pueda parecer, el Yeti era mu coqueto dicen.

    Muchos besetes, guapos….

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  2. jajaja qué grande Pawel!!! Un abrazo enorme, siempre has sido un sherpa brutal, experto en supervivencia en los fríos más extremos, con lo que la escaladora puede estar tranquila de tener un guía como tu a su lado. Tu y yo nos enfrentamos al gran Yeti una vez, vivía en las cloacas de Jowita, ¿te acuerdas? jaja. Un besazo a los dos!

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  3. Yeti guapo! Menudo gorrete más auténtico y q bonico como se lo dices a ana Belen!! Lo dos juntitos pa lo bueno y pa lo malo si señor!!
    Y una cosa pal nacho: no sabía yo q comías brocoli joer!😂
    Ni q en toya, villamalea y contorna había tantisma gente importante guacho!😘
    Besetes a la escaladora.😏

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  4. Acabo d escribir un comentario súper largo y se me acaba d desaparecer!😬 yeti: capasao?😨
    Bueno resumo lo d antes, yeti guapísimo con ese súper gorro 😜 y preciosas las palabras para tu escaladora, juntos pa lo bueno y pa lo malo si señor!
    Al ilacio: no sabía ni q comías brocoli ni q en toya, villamalea y alrededores hubiera tanta gente lista e importante.😳
    Besetes 1000 pa la escaladora y yeti!😘000

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  5. Este Yeti esta muy agusto en su montaña junto con su alpinista y pese a todas las adversidades del viaje es feliz. Esa mezcla entre oso polar y oso pardo para mi es un osito de peluche. Jajajaja. Te quiero Yeti y dale un buen apretón a la alpinista más valiente del mundo.

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