Día 88, amigurumi

Un día más sin recibir la llamada para entrar oficialmente en el «hotelito». Mañana tengo analítica y consulta para conocer el resultado de algunas pruebas que me realizaron previas al autotrasplante. Esperamos que nos informen de cuándo tienen previsto ingresarme, pues la excusa «la lista de espera es grande» ya empieza a escocernos.

Mientras tanto, estoy planificando mi larga estancia en el hospital. He llenado mi ebook con libros nuevos, he recargado el disco duro de pelis y series y, sobre todo, me he aprovisionado del material necesario para desarrollar mi nueva afición : Los amigurumi.

Amigurumi (編み包み) es una moda japonesa que consiste en tejer pequeños muñecos con punto de ganchillo, y sirven para alimentar el espíritu de niño que todos llevamos dentro. Según la tradición, cada amigurumi posee un «alma» que lo convierte en el compañero y confidente de por vida de su dueño, proporcionándole protección y consuelo en los momentos de estrés y tristeza. En algunos casos, son usados como amuletos personales. Se suelen emplear en el estresante día a día para no olvidarse de sonreír, respirar y hacer una pausa.

Llevo una semana arrasando las tiendas de lanas y mercerías, comprándome toda clase de chismes que usaré para elaborar a mis queridos amiguitos. Espero que me permitan la entrada de lanas y agujas en la habitación durante los días que permanezca aislada. De lo contrario me podría dar un «patatús», pues este hobby es altamente adictivo y con aguja en mano se pasan las horas volando.

Os enseño mis dos primeras creaciones, todo ello bajo la supervisión de los tutoriales de youtube. Para empezar no están mal, ¿no?

Siguiendo el consejo de todos los alpinistas que me habéis escrito a través de facebook y en este mismo blog, voy a intentar tener la mente ocupada durante el mayor tiempo posible. Nunca he estado en un hospital ingresada tantos días y menos sin poder pasear o recibir visitas. Mi sherpa estará junto a mí durante toda la recta final de la escalada, pues en su trabajo se están portando genial con él y le darán permiso durante el tiempo necesario. Yo le digo todos los días que si de allí no salimos con los papeles del divorcio firmados, ya no nos separaremos nunca más. Y es que, ¿hay mayor prueba para una pareja que una experiencia así? Sabiendo que está él parece que todo se me hace más ameno y llevadero. Sigo pensando que a pesar de las cosas tan duras que me han pasado en la vida, soy muy afortunada.