Día 110, itinerario hacia la cima

Esta mañana por fin he recibido la esperada llamada del hospital en la que me comunicaban que mañana tengo que ingresar para empezar la última etapa de esta escalada.

Cuando he visto el número de teléfono en la pantalla del móvil me ha entrado un escalofrío por la espalda. Por una parte deseo arrancar este tramo final para que termine cuanto antes, pero por otra estoy asustada por todo lo que me va a tocar vivir en los próximos meses.

Pienso que un trasplante de médula puede ser un proceso muy difícil desde el punto de vista emocional. Tener que pasar varias semanas aislada en una habitación de hospital, además de los efectos secundarios que conlleva el tratamiento, pueden producir un desgaste muy grande tanto físico como psicológico para mi y mis familiares.

Lo único que me ayuda y me alivia es la sensación de que todo esto supondrá mi curación y que con el tiempo lo recordaré como algo bueno.

En este momento es muy importante para mi contar con el apoyo de los seres queridos para sobrellevar los altibajos que puedan ocurrir durante el trasplante.

Es ahora cuando nuestro símil con la montaña cobra más sentido que nunca y, del mismo modo que un alpinista necesita de sus sherpas para conseguir coronar la cima, yo os necesito a todos a mi lado virtualmente, con vuestros mensajes de ánimo, vuestras fotos y vuestras canciones.

Durante la primera semana de ingreso, recibiré un tratamiento de acondicionamiento. Esto es una quimioterapia en altas dosis que hará el espacio necesario en mi médula ósea para las células madre que posteriormente me trasplantarán. Al mismo tiempo se encargará de eliminar las posibles células cancerosas que pudieran quedar alojadas en mi cuerpo.

Pasada esa semana llegará el gran día o Día Cero, donde me infundirán a través del catéter las células madre que tengo congeladas en un proceso muy similar a una transfusión de sangre. No conlleva ni operación, ni entrada en quirófano; es mucho más sencillo.

Es una etapa muy importante y tiene un gran significado tanto para el paciente como para sus familiares. Se considera como un segundo nacimiento o una segunda oportunidad en la vida.
¡He conocido personas durante estos meses que están celebrando hasta su 19 cumplevida! Me gusta mucho esta idea, porque soy muy aficionada a las fiestas y además varios de mis mejores amigos cumplen años en Mayo y solemos hacer un «Macrocumpleaños», con lo que ahora tendremos que añadir uno más a la lista.

A partir del día cero, comenzará la recuperación que durará el tiempo que tarden las células madre en asentarse en la médula y comenzar a producir células nuevas, glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.

Con todo esto, ya tenemos los bártulos preparados (cuerdas, mochilas, piolets, etc) así que mañana comenzamos la ascensión final.

¡Nos vemos en el camino!