El día que el doctor me explicó el largo proceso hasta llegar al autotrasplante de médula lo vi tan lejano y complicado que sólo pensarlo se me hacía una montaña. A medida que íbamos adentrándonos, la montaña iba creciendo hasta sentirme como una alpinista a los pies del Everest.
8.848 metros a nuestras espaldas y acompañados de una multitud de sherpas, hoy 8 de Mayo de 2014, podemos decir que hemos coronado la cima. Un día que supondrá un punto y seguido en mi vida, el denominado “Día cero”. Mi nuevo cumplevidas que me llenará de futuro, esperanza, proyectos y sueños cumplidos.