Día 41, Campamento 2

Escribimos desde el sofá del Campamento 2. En esta segunda ascensión he tenido menos mareos y náuseas, pero me siento agotada. Y es que ya estamos a casi 6 kilómetros de altura y las vistas desde aquí empiezan a ser de vértigo. Nada que no se cure con horas de descanso en este sofá, del que todavía no he logrado moverme. Tengo la sensación de haber estado fuera mucho tiempo.

Es curioso que cosas que en el día a día te molestan bastante, al volver a casa hasta te alegres de escucharlas. Hablamos de los ladridos de los perros, la vecina que pasa el aspirador 6 horas cada día, los tacones a altas horas… Hogar, dulce hogar.

Todavía no sé cuánto tiempo pasará hasta que afrontemos la escalada final a la cima, pero será entre 1-2 meses. De momento me centraré en recuperarme del esfuerzo realizado, hasta que nos comuniquen los siguientes pasos del itinerario.

Afortunadamente, acaba de llegar un helicóptero de avituallamiento cargado de manjares del Restaurante Rojas Clemente de nuestros tíos. Madre mía, ¡cómo nos vamos a poner! Los leucocitos están haciendo cola para recibir su ración.

Hoy queremos mencionar a otra compañera de expedición, Esther. Le deseamos lo mejor en este segundo ciclo. Ánimo guapa, ¡no pierdas nunca esa bonita sonrisa!

Además, agradecer a Mónica Oltra el haber compartido nuestro blog en sus redes sociales para impulsar nuestro mensaje. Estoy segura de que muchos de sus seguidores se unirán a la #MareaMorada.

Gracias a todos por haberme acompañado en esta segunda ascensión.

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